Yamandú Orsi, el candidato del Frente Amplio, ha logrado una destacada victoria en las elecciones presidenciales de Uruguay, derrotando al postulante del oficialismo, Álvaro Delgado.

Esta elección marca el regreso al poder de la coalición de izquierda, que había gobernado el país entre 2005 y 2020 bajo la dirección de líderes como Tabaré Vázquez y José Mujica.

Orsi, un hijo de almaceneros del departamento de Canelones y profesor de historia, asume la presidencia con un sólido respaldo por parte de Mujica, una figura destacada y venerada en la política uruguaya.

Antes de su candidatura, Orsi se desempeñó como intendente de Canelones durante dos períodos (2015-2024) y tuvo previamente el cargo de secretario general del gobierno departamental, lo que le ha brindado una experiencia política significativa.

Su victoria es aún más notable dado que derrotó al delfín político del actual presidente Luis Lacalle Pou, quien había depositado su confianza en Delgado, un ex secretario de la Presidencia que tuvo una estrecha relación con el actual mandatario.

En las elecciones de octubre, el Frente Amplio se posicionó como el partido más votado con un 44% de los sufragios, frente al 27% que obtuvo Delgado en el balotaje. Sin embargo, la suma de apoyos a los partidos del bloque oficialista alcanzó el 47%, evidenciando una división casi equilibrada en el electorado uruguayo.

Este panorama presenta a Orsi un desafío considerable, ya que la coalición del Frente Amplio cuenta con 16 senadores y 48 diputados, cifra insuficiente para aprobar sus propuestas legislativas sin el apoyo de al menos dos diputados de otras agrupaciones. A diferencia de sus períodos anteriores en el poder, donde contaba con mayorías parlamentarias, esta vez deberá negociar intensamente para avanzar en su agenda.

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Durante la campaña electoral, tanto Orsi como Delgado enfatizaron la necesidad de negociaciones. Orsi manifestaba que «la esencia de la política son los acuerdos» y durante su jornada electoral se reunió con el ex intendente Marcos Carámbula, quien destacó su capacidad de diálogo y negociación.

En previsión de su posible gobierno, Orsi había anunciado la designación de Gabriel Oddone como ministro de Economía. No obstante, algunos de los comentarios de Oddone generaron controversia, especialmente en cuanto a los planes fiscales, lo que llevó a Orsi a reafirmar que no habría aumentos de impuestos bajo su administración durante el debate presidencial.

Entre las propuestas clave de su gestión, que comenzará el próximo 1 de marzo, se encuentran la implementación de un sistema contra el narcotráfico y la incorporación de 2,000 nuevos policías. Además, busca que se adapten los impuestos al nuevo contexto tributario global y se impulse un diálogo social para establecer una reforma de la seguridad social que reduzca la edad de jubilación de 65 a 60 años, como estaba en administraciones anteriores.

Tanto Lacalle Pou como Orsi han comenzado a entablar una comunicación sobre la transición gubernamental, con el actual presidente expresando su deseo de iniciar el proceso lo antes posible.

Asimismo, Lacalle Pou extendió una invitación a Orsi para asistir a la cumbre del Mercosur, que se llevará a cabo el 6 de diciembre en Montevideo, dejando claro su disposición para compartir decisiones durante el periodo de transición.

Con estos antecedentes, el nuevo gobierno de Orsi enfrentará un contexto político complejo, pero también cuenta con la oportunidad de restablecer la confianza de la ciudadanía en su liderazgo y en las instituciones uruguayas.

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Con información de medios internacionales

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