Cada 71 años, el firmamento se ilumina con la presencia del cometa 12P/Pons-Brooks, apodado cariñosamente como el «Cometa Diablo». Con un diámetro impresionante de 30 kilómetros, este astro errante ha capturado la imaginación de generaciones a lo largo de la historia. En su próxima y potencialmente última visita en 2024, los observadores del cielo tendrán la oportunidad de presenciar su esplendor antes de que se retire a las profundidades del espacio, con la siguiente aparición programada para el lejano año 2095.
Este coloso cósmico
Tres veces la altura del Monte Everest, está compuesto por una mezcla única de hielo, polvo y gas, lo que le otorga la distinción de ser un criovolcán. En los últimos cuatro meses, los astrónomos han observado dos fracturas internas en el cometa, resultando en la pérdida estimada de unos 10 mil millones de kilogramos de polvo y hielo. Estos escombros emergieron en forma de dos columnas, creando la inconfundible apariencia de una cabeza con dos cuernos, de ahí su apodo.
El espectáculo celestial alcanzará su punto álgido el 21 de abril de 2024, cuando el Cometa Diablo se acerque a la Tierra a una distancia mínima de 232 millones de kilómetros. Aunque su nombre pueda evocar temores, los expertos aseguran que no representa amenaza alguna para nuestro planeta. Su órbita elíptica, similar a la del famoso cometa Halley, abarca hasta Neptuno y requiere décadas para completarse.
El descubrimiento del Cometa Diablo data de 1812, cuando el astrónomo Jean-Louis Pons lo avistó desde el Observatorio de Marsella. En 1883, William Robert Brooks lo observó nuevamente, bautizándolo en honor a ambos astrónomos. Desde entonces, ha visitado la Tierra en cuatro ocasiones, y su próxima aparición podría ser la última en la memoria de la humanidad actual.
Los astrónomos
No solo aprecian la majestuosidad del Cometa Diablo, sino que también lo vinculan a fenómenos terrestres. Se cree que es responsable de la lluvia de meteoros K-Dracónidas que ilumina los cielos cada diciembre, generando hasta 2 meteoros por hora. Además, se le ha asociado con la lluvia de meteoros de junio, dejando una marca indeleble en el firmamento.
A diferencia de los asteroides, los cometas como el 12P/Pons-Brooks fascinan a los científicos y entusiastas por su composición única y su comportamiento distintivo. Mientras que los asteroides son rocosos y metálicos, los cometas dejan a su paso colas alargadas debido a su composición de hielo. La observación de estos fenómenos celestiales es común, y los astrónomos han identificado meticulosamente sus características.
En el fascinante mundo de la astronomía, donde la Tierra y el espacio se entrelazan en un ballet cósmico, el Cometa Diablo de 2024 promete ser un evento inolvidable. A medida que los astrónomos y aficionados se preparan para esta visita celestial, la ciencia continúa explorando los misterios del cosmos, desde cometas y asteroides hasta las misiones espaciales que nos llevan a nuevos horizontes, como la reciente misión de la NASA a Psyche, un asteroide potencialmente rico en metales valiosos. La maravilla del universo sigue desplegándose, y el Cometa Diablo es solo un actor más en el escenario interminable del espacio.
